viernes, 10 de octubre de 2008

Monólogo interno

Lo difícil del monólogo interno no es, como muchos pueden pensar, lograr el corte de la linealidad. No. La línea se corta sola cuando uno comienza a divagar y se deja llevar olvidando que escribe. Lo realmente dificil es meterse en los pensamientos del otro, lograr ser esponja y dejarse empapar por palabras y asociaciones que no nos pertenecen. No siendo esto bastante dificil, se nos plantea el hecho de adoptar una lengua que, tal vez, no nos pertenezca. Esto va a suceder si logramos alejarnos de nosotros mismos. En ese caso las dificultades crecen. Cuando uno hace las cosas bien, los peligros parecen multiplicarse.
Casi sucede lo mismo en la vida real, donde las personas realizan acciones que interpretamos desde nosotros mismos, incapaces de entender sus razonamientos o siquiera de intuirlos, los juzgamos (cosa inevitable) y hasta osamos sacar conclusiones.
Los personajes son entoces víctimas de escritores que, como personas, no logran sentir más allá de su pequeño mundo personal, que no logran solidarizarse con otras formas de divague y que, entonces en sus ropas de escritor no logran escapar a los estereotipos o a su lengua (la que todo lo llena y abarca ciñéndose sobre nosotros como unmonstruo en estos momentos) a las suposiciones o a los juicios.
Sea como sea, en el papel y en la vida, los zapatos ajenos son la cosa más molesta y más difícil de calzar.

4 comentarios:

Martikka dijo...

Hay un dicho cherokee (o eso creo) que dice que hay que ponerse los mocasines del otro para comprenderlo. (más o menos)
Sólo desde la identificación podemos crear personajes y comprender a la gente.
Saludos!

Ippolita dijo...

Yo creo lo mismo, pero no es nada fácil.
A veces, aunque creemos situaciones los personajes se siguen comportando como nosotros mismos en distintas circunstancias...

John-D dijo...

Por mi propia experiencia, creo que yo no moldeo a mis personajes a mi imagen y semejanza, sino al contrario. Yo intento indagar en otro tipo de emociones o reacciones; unas diferentes a las mías para así conocer mas allá de lo que ya conozco.
Aunque puede que inculque ciertas veces mis propias emociones a algún personaje. Pero creo que es algo normal, porque nos gusta dejar nuestra impronta para ver como actuaría ese personaje similar a nosotros en un mundo ficticio, el mundo literario. Podría ser una manera de conocernos más a nosotros mismos, quizás.

Chao.

Ippolita dijo...

Eso es justamente lo más dificil para mí.
Claro que siempre cabe la posibilidad de que estemos haciendo personajes iguales a nosotos y no nos damos cuenta si es que no nos conocemos muy bien...